Esta semana no han faltado las conmemoraciones. Todas importantes. Todas llenas de significado histórico dado por las luchas de los trabajadores, por las luchas de los pueblos y las luchas de las mujeres que a partir de siempre pero especialmente ahora son mejor reconocidas por sus sacrificios y su perseverancia en la opción de un mundo más justo y solidario. Es así como en la memoria se han sucedido algunos momentos importantes en la historia de los pueblos, por no decir de la Humanidad.
Sobre la tela de fondo de la inestabilidad europea frente al conflicto bélico en Ucrania, muchos de nosotros y nosotras hemos preparado las banderas y los festejos del día de los Trabajadores que fue conmemorado en todos los países que visito a menudo, con el mismo espíritu de confianza en el futuro por las conquistas laborales y sindicales, pero también, hélas ! , con las mismas marcas aborrecibles de la represión que parece saltar fronteras sin ningún tapujo, al punto tal que las armas y los uniformes de los cuerpos represivos se confunden, así como el dolor de los golpes, los matracazos, las capturas y prisiones que sufrieron este primero de mayo los trabajadores y trabajadoras en lugares tan distantes como Santiago de Chile, París y Berlín donde la represión cobró giros inesperados, especialmente en Santiago en donde se pudo observar un desfile que reía y vitoreaba, mientras que otro era amedrentado y castigado ferozmente que llegó hasta el desprecio del homenaje que se rendía a Francisca Sandoval, periodista, mártir de la causa popular, a quien vi caer asesinada de un solo tiro que dio entre sus cejas, sobre las plataformas arboladas de la Alameda, en el barrio Wiggs, mientras estaba filmando las acciones del primero de mayo de 2022.
Allí mismo, en el lugar en que cayó su hija, fue cobardemente agredido y detenido su padre por las fuerzas represivas del gobierno del presidente Boric. Se lo llevaron en un furgón policial y quién sabe qué habrá pasado con él.
En París la represión en ciertos lugares del cortejo también fue feroz. Las fotografías que publicaron las redes sociales eran las mismas para los desfiles en Alemania. Otros grupos europeos de compañeros celebraron más tranquilamente en kermesses, asando salchichas o vendiendo libros bajo los luminosos días que estamos disfrutando en esta primavera europea.
Sobre este fondo pseudo idílico siempre marcado por la lucha de clases, vale la pena recordar la fecha del día anterior al primero de Mayo, que es el último día del mes, el 30 de Abril, que conlleva la conmemoración de la entrada en Berlín del ejército rojo de la Unión Soviética, al que nos referiremos la semana próxima junto con los festejos del Día de la Victoria en Rusia; también recordamos la primera manifestación de las Abuelas de la Plaza de Mayo, que merece especial atención, y pensamos en el fin de la guerra de Vietnam hace 50 años por las fuerzas de la resistencia patriótica y comunista de ese pueblo invencible.
Y es de eso que les hablaré hoy.
Vietnam es el triunfo de un pueblo en armas resistiendo la dominación extranjera y avanzando en la recuperación de su cultura milenaria y de sus tradiciones dentro de una perspectiva popular y marxista del desarrollo de su sociedad y de su economía, resistiendo y derrotando primero al colonialismo francés y luego al imperialismo yanqui. Aspiración por la cual, este magnífico pueblo y su civilización recibió un castigo inimaginable, que ha sido cuidadosamente olvidado por la prensa hegemónica, que construye cuentos y mentiras sobre cada asunto en el cual los pueblos son sacrificados como carne de cañón y se hace caso omiso de su humanidad, puesto hasta se les quita la calidad de seres humanos. Como actualmente en Gaza en donde ocurre otro genocidio. Pero aún sobrevivimos muchas personas que fueron testigos de esa historia.
Cuando se habla de Vietnam, se debe considerar que se está hablando de una epopeya: la epopeya del pueblo vietnamita y de su reunificación. Los lamas o monjes budistas, se quemaban “a lo bonzo” en protesta contra las atrocidades cometidas por los estadounidenses durante esa guerra. En las universidades del planeta se levantaban protestas y acciones solidarias. Recuerdo que, en esa época, en el Pedagógico de la Chile en Macul, muchos y muchas estudiantes dábamos sangre para enviar al Vietnam, en donde los vietnamitas enfrentaban una superioridad tecnológica aplastante con técnicas de supervivencia de una ingeniosidad increíble.
Fue un genocidio y una resistencia tremenda de la que no se conoce casi nada. Ninguna campaña hollywoodense, ni pro imperialista, ni otanista, ni neoliberal podrá hacer desaparecer la verdad. Aunque mientan, aunque la omitan, aun cuando la distorsionen, aun cuando inventen otra narrativa, no podrán omitir la realidad, no van a poder desfigurar la Historia ni la verdad. Han tratado de sepultar la verdad, de adulterarla, de impedir que la gente conozca la realidad de los hechos. Y la verdad es que hubo una reacción multitudinaria interna al interior de los Estados Unidos, tanto de hombres como de muchachos que se resistieron a la conscripción y a ir a la guerra de Vietnam.
El boxeador Mohamed Alí, conocido como Cassius Clay antes de su conversión al Islam, no quiso ir a la guerra. Lo metieron en prision. Le quitaron su título y su corona de Campeón del Mundo del Box. Pero no fue a esa maldición, negándose a ir a asesinar a un pueblo que él veía como hermanos. Así fue como muchos otros se rebelaron y no fueron a la guerra del Vietnam. Al mismo tiempo, apareció definida una entidad jurídica poco conocida hasta ese entonces: la objeción de conciencia.
Se conoce muy poco acerca de lo que pasó. Aunque Hollywood miente mucho y desfigura la historia, ha mostrado una faceta que es importante porque hubo una reacción dentro de los Estados Unidos. Muchos cineastas se inspiraron en la guerra del Vietnam. Stanley Kubrik en «Cara de guerra» (1987), que llega a la deshumanización extrema. Francis Ford Coppola en “Apocalypse Now” (1979).
Oliver Stone en Platoon (1986) y en «Nacido un 4 de Julio» (1989). Martin Scorsese en “La gran afeitada” (1967). Peter Davis en “Corazones y mentes” (1974). Hay más de 400 películas que los cineastas de Hollywood filmaron en torno a esta enorme tragedia de la humanidad. También se hicieron muchas canciones, como ‘Born in the U.S.A.’ (Bruce Springsteen), ‘Cambodia’ ( Kim Wilde), ‘Machine Gun’ (Jimmy Hendrix), ‘Straight to Hell’ (AC/DC), etcétera.
Y los trabajos de fotógrafos como Marc Riboud en «La niña con la flor», poderoso símbolo de paz contra la guerra de Vietnam. Eddie Adams con «La ejecución de Nguyen Văn Lém » (1968). Malcolm Browne (AP/SIPA) con «La inmolación del monje budista» (Saigón,11 juin 1963). Y «La pequeña Lim Phuc, quemada con napalm» (1972), cuya autoría está en discusión, también influenciaron enormemente la opinión pública.
En 1927 Hô Chi Minh fundó el partido comunista de Indochina. Tres años después funda el homólogo vietnamita, iniciando el movimiento de independencia que culmina con la creación del Viet Minh en1941, Liga por la Independencia del Vietnam.
El 2 de septiembre de 1945 nace la República Democrática Independiente de Vietnam presidida por el mismo Ho Chi Minh, quién contaba con el apoyo sino soviético. En un primer momento la nueva república es reconocida por Francia, pero luego retira su anuencia y el general Leclerc, famoso de la 2da. Guerra Mundial, desembarca en Saigón en 1945. Al año siguiente empieza la Guerra de Indochina que termina con la derrota francesa en Dien Bien Phu en 1954, que significa la derrota y expulsión de las tropas francesas. Al retirarse, Francia dejando el Sur a cargo de una administración pro occidental que enfrenta a la joven república democrática del Norte provocará una guerra colonialista.
El país queda partido en Vietnam del Norte, republicano y comunista, con Ho Chi Minh a la cabeza, apoyado por la URSS y la China. Y Vietnam del Sur, secesionista, católico, anticomunista y colonialista dirigido desde 1955 por el católico Ngo Dinh Diem, apoyado por los Estados Unidos. La internacionalización de la guerra en la Indochina francesa ya aparece entre 1950 y 1953, cuando los Estados Unidos empiezan a apoyar a Francia para defender y recuperar los intereses franceses.
La nueva república de Vietnam del Norte dirigida por Ho Chi Minh, no aceptó la división del país,ni el régimen autoritario de Ngo Dinh Diem al Sur, y este debió enfrentar la oposición comunista de los Vietnamitas del Sur. En 1960 ante la negativa de Ngo Dinh Diem de llamar a las elecciones libres con las que se había comprometido, la oposición se organizó en el Frente Nacional de Liberación FNL con el apoyo de Vietnam del Norte.
La oposición a Diem —organizada desde 1955 en guerrillas cuya participación en los años que siguieron hasta 1959, fue cada vez más activa y eficaz —, decida crear a partir de la guerrilla, el Ejército de Liberación Nacional que en 1960 contaba ya 5000 hombres.
En 1963 un golpe de estado militar promovido por el ejército termina con el gobierno de Ngo Dinh Diêm, a quien asesinan junto con su hermano y consejero político Ngo Dinh Nhu. Los Estados Unidos bombardean Vietnam del Norte a partir de 1964 y desembarcan al año siguiente invadiendo el país con sus tropas, por tierra, aire y mar.
La guerra de Vietnam tuvo como tela de fondo el contexto de la Guerra Fría entre Estados Unidos y la Unión Soviética. Desde 1955 hasta 1959 los Estados Unidos armaban y dictaban la política de Vietnam del Sur, proporcionándoles medios logísticos, construcción de bases militares, terrenos de aviación, aviones de caza, bombarderos, helicópteros de combate, consejeros militares y el envío de tropas que a comienzos de 1961 llegaban ya a 15 mil hombres. En diciembre de 1965 hay 185 mil soldados estadounidenses y en 1969 son 550 mil en Vietnam, 50 mil en Tailandia y Cambodia más 30 mil marinos. Además, peleaban del lado de los estadounidenses 50 mil coreanos del sur y 10 mil tailandeses. En total, en junio de 1969 había más de un millón y medio de soldados del lado de Vietnam del Sur anticomunista. Los soldados sud vietnamitas que eran 200 mil en 1963, pasaron a 700 Mil en 1969 y sobrepasaron un millón en 1971.
Los Vietcong, combatientes sud-vietnamitas en su mayoría comunistas, con valentía sin igual lucharon al comienzo contra el ejército de vietnam del sur asesorado por Estados Unidos, con 2000 enfrentamientos en 1961, que ya en 1962 fueron contra el poderoso ejército de Estados Unidos con más de 25 mil operaciones terrestres y 60 mil salidas de la aviación norteamericana. Operaciones que continuaron en aumento.
El presidente Kennedy deseaba poner fin a la guerra, pero fue asesinado en Dallas en noviembre de 1963. Lyndon B. Johnson, su sucesor no era de la misma opinión y a partir de 1965 empieza el envío masivo de tropas y materiales a Vietnam del Sur, para exterminar el comunismo. Los bombardeos sobre Vietnam del Norte comenzaron el 2 de marzo de 1965 y no se detuvieron hasta octubre de 1968.
Durante esos tres años y medio, los aviones estadounidenses lanzaron 850 mil toneladas de bombas sobre Vietnam del Norte además de las armas químicas. Entre estas el napalm, mezcla de ácido nafténico con ácido palmítico, un combustible que se dispersa fácilmente y adhiere lo que toca; toxinas defoliantes; dióxido; bombas de fragmentación; bombas de fósforo blanco, arsenales que queman hasta llegar a los huesos y que fueron utilizados extensivamente sobre la tierra y la población del Vietnam. Peter Kuznick, director del Instituto de Estudios Nucleares de la American University ha declarado que por su potencial catastrófico habrían sido consideradas armas ilegales en los Juicios de Nuremberg.
Los Estados Unidos violaron el Derecho Internacional Humanitario. La guerra de Vietnam constituyó un crimen de lesa humanidad, con millones de civiles asesinados y un ecocidio, donde medio siglo después del fin de la guerra, en el ambiente y la salud humana perduran las secuelas del bombardeo con armas químicas sufrido durante una década.
Según la Academia Nacional de Ciencias de los EE.UU. (NAS) y la USAID, más de 80 millones de litros de herbicidas fueron bombardeados sobre Vietnam.
Fueron utilizados distintos químicos, el más conocido fue el agente naranja, fabricado por Monsanto y otros, cuyo compuesto activo es el dióxido, que es indestructible salvo por incineración y modifica la genética humana, prolongando sus efectos sobre generaciones.
Para la Unesco, un quinto de los bosques sud vietnamitas fueron químicamente destruidos. Sobre lagos y ríos de Vietnam del Sur persiste la contaminación.
La producción exfoliante mató directamente 400.000 personas, pero sus efectos se prolongaron debido a alteraciones genéticas provocadas por estos químicos y hay más de 500.000 niños que nacieron con graves malformaciones.
Este 30 de abril, fecha en que recordamos los cincuenta años del fin de la guerra de Vietnam, debemos estar atentos a que no es, sin embargo, el final de las consecuencias en la salud y en el ecosistema ambiente de un país hermano, bombardeado durante una década por los gobiernos estadounidenses.
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